La Marión

Sábado 20 de Noviembre de 2010.

Mirando un álbum de fotos de allá lejos y hace tiempo, encontré unas que me trajeron muy gratos recuerdos.

Un domingo del año '94 con un grupo de amigos decidimos ir a dar unas vueltas por las estancias que se encuentran por acá cerca.

Ibamos por un camino de tierra, cuando una construcción abandonada nos llamó la atención, sin dudarlo nos trepamos a la tranquera y pasamos a la propiedad privada.

En lo mejor que estábamos sacándonos fotos se nos acerca un señor y nos comunica que está prohibido ingresar por peligro de derrumbe. Que eso antiguamente había sido la Plaza de Toros (adentro estaba rodeada por asientos donde los hombres  esperaban a que los animales entraran para ser rematados al mejor  postor).

"Vista de la Cúpula desde adentro"

Con el paso del tiempo, mientras los dueños no vivían ahí, la gente que como nosotros se metía a curosear fue rompiendo los vidrios de la cúpula, amén de los árboles que crecieron dentro e hicieron lo suyo. El costo de dichos cristales para reponerlos equivalía al valor del casco de la Estancia.

Le preguntamos si podríamos hablar con el dueño y muy amablemente nos llevó hacia él.

Nos recibió un hombre sencillo, que estaba tomando mate sentado bajo el alero de la galería.

Nos comentó que esa propiedad fue de su suegro, y que lamentablemente había construcciones que esperaban ser demolidas porque no tenían dinero suficiente como para remodelarlas.

- ¿Y por qué no lo convierten en un lugar turístico?.

- Porque la inversión que hay que realizar es muy grande y no estamos en condiciones de afrontarla.

Ya habían derrumbado la casa del jardinero y estaban por hacer lo mismo con la del mayordomo.

La casa principal estaba realizada con doble pared para protegerse de posibles invasiones, adentro había una habitación con rejas tipo calabozo.

Las canaletas  que bajaban desde el techo tenían en los extremos cabezas de dragones con la boca abierta por donde salía el agua.

El invernadero, estaba seco, las raíces sin vida se enroscaban por las columnas como negándose a pasar al olvido.

A un costado se encontraba un aljibe cubierto de tierra, hecho de mármol de carrara...   

Habían ofrecido comprarlo por ser una pieza casi única, pero no quisieron venderlo.

Las hectáreas que rodeaban a la casa estaban impecables, con el césped excelentemente cortado... salpicado como al descuido con una estatua que descansaba debajo de un frondoso árbol.

Realmente nos causó pena ver tanta belleza, tanta cultura a punto de desaparecer.

Cuando La Marión estuvo en su mejor apogeo, pasó de visitas el Príncipe de Gales. Se tiró desde las vías del ferrocarril una alfombra roja de 500 mts. hasta la entrada de la Estancia a modo de recibimiento.

Hoy entré a internet con la esperanza de que el destino hubiese cambiado para los dueños y la hubiesen podido recuperar... pero no encontré nada al respecto.

Su-Saraza