¡Qué semanita!

Viernes 12 de Noviembre de 2010.

Uff, ya me saqué un peso de encima (en realidad fueron 270) y le compré la vacuna contra la varicela a mi gordito. Pasé por lo de la pediatra a avisarle a la enfermera para que venga a colocársela (5 más), le dejé la conservadora con un helado de palito adentro y un... "que parezca natural, que no se note que es un soborno"... y seguí pedaleando para mi house con la novedad de que en un ratito más iba a venir Alicia a ponerle una vacuna y entregarle un regalito.

Así que la esperó ansioso (no sé a quién sale ésta criatura!) y se comportó como lo que es... todo un hombrecito.

En la mesa del comedor me esperaba una tarjetita de cumpleaños para éste lunes... ((noooo!!! Grego, dame un respiro, esperá hasta el mes que viene para festejarlo)), así que mañana tendré que salir a comprar un regalito. Buuuaa.

Pero por suerte no todo es sufrimiento en esta vida. Sino que hay de todo un poco. Anoche estuvimos invitados a comer pizzas en lo de Mariana para despedir a sus primos españoles, yo tenía que llevar la bebida (no toda).

Entre que llegué tarde del trabajo y nos bañamos tuve que comprarlas en el kiosco de Franco. Adelante mío estaban dos jovencitas buscando lo mismo que yo...

- No les puedo despachar cerveza a menores.

- Pero... ella tiene 18.

- Que me traiga el documento!!

Salieron puteandolo las desoladas niñas.

- Siguiente!!

- Te juro que tengo más de 18 (me atajé por las dudas).

- Sí... pero te pasaste media hora.

- ¿?

- Hasta las 9 p.m. puedo despachar nada más.

- Me estás jodiendo!!!

- No, es verdad... pero te las voy a dar igual, eso sí, llevalas escondida porque no quiero tener problemas.

Salí con la bebida bajo el brazo y  el niño agarradito de la otra mano (quién a su vez llevaba en una bolsita de nylon un vasito de Ben 10 de plástico... por si las moscas)... eramos dos borrachitos deambulando por las calles.

Apurados y en silencio llegamos a la tertulia. Una joda barbara!! Mariana, que está estrenando casa porque acaba de separarse y... Muni, que está que me separo y que no, que sí, que no (pero bueno, una tiene que apoyarlas, para eso estamos las amigas) sumado a tres extranjeros que hablan de coger y una enseguida agarra para el otro lado, hasta que cae que para ellos tienen otro significado éste tipo de palabras.

Pero a pesar de estos pequeños detalles estuvo amena la cena HASTA... hasta que mi enano se levantó de la mesa rápido buscando el baño, entonces Jesús (el gallego se había enamorado de mi hijo y estaba pendiente de todos sus movimientos) le dice "oye gordito, ven aquí, siéntate a la mesa. ¿A dónde vas tú?"... el sabandija frenó en seco, se dio vuelta y le gritó "a tirarme un PEDO.... ya vengo!!!". Todos largaron la carcajada mientras yo me iba poniendo un poquito más que colorada. Apurada me dispuse a aclarar la situación: es que cuando estamos sentados a la mesa, trato de enseñarle un poco de educación y que hay cosas que no debe hacer, por eso se levantó y se fue al baño (aunque vuelva a los dos minutos y todo el aroma lo siga... pero la idea está, cuando crezca un poco más va a terminar de procesarla).

En fin, a las 11 nos despedimos de todos, él pidió una bolsita para meter su vaso adentro... y partimos.

Agarraditos de la mano, volvíamos charlando...

- ¿Mañana hay jarín?

- Sí... pero mañana es viernes!!!

- Ah!! joda, joda!!

- Sí amor, joda, joda, joda... 

- Y depués no tarajás a la tarde?

- No, el sábado a la tarde no trabajo, ya me quedo con vos.

- Siii!!! Tengo una idea...

(Cagamos!!!, sonamos!!!)

- ¿Que tal si hacemos un robot de mamá para que vaya al tarajo?.

- Mmmm, qué idea!!! ¿Y yo que hago entónces?.

- Y... te quedás a juar conmigo!

Plop!!

Su-Saraza